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El 23 de noviembre de 1977 , San Juan vivió uno de los terremotos más impactantes de su historia reciente. Este evento, conocido como el “Terremoto de Caucete” , fue técnicamente el resultado de dos movimientos sísmicos consecutivos. El primero, registrado a las 6:26 AM , tuvo una magnitud de 6,6 y epicentro en el noreste de la sierra de Pie de Palo. Apenas 20 segundos después, un segundo sismo de magnitud 7 con epicentro al sudeste de la misma serranía, a 25 kilómetros de profundidad , amplificó la devastación, alcanzando una intensidad de grado IX en la escala Mercalli Modificada .
El terremoto dejó un saldo de 65 víctimas fatales , más de 300 heridos y daños materiales significativos, especialmente en los departamentos de Caucete , 25 de Mayo y 9 de Julio . Las construcciones de adobe, aún presentes en estas zonas rurales, sufrieron los mayores estragos.
A pesar de la magnitud del evento, la ciudad capital de San Juan resistió mejor gracias a los avances implementadas tras el terremoto de 1944. La implementación del Código de Edificación de 1951 , que prohibió el uso de materiales crudos como el adobe, marcó un punto de inflexión en la planificación y construcción de la ciudad.
El sismo no solo afectó edificaciones, sino que provocó fenómenos de licuefacción , con la formación de cráteres y volcanes de arena, derrames de agua, y grietas de hasta un metro y medio de profundidad en el suelo. Además:
- La red vial , de riego y la infraestructura ferroviaria sufrieron graves afectaciones.
- Más de 50 bodegas reportaron daños estructurales, mientras que 4 escuelas se derrumbaron y otras 10 fueron clausuradas .
- Varias obras civiles, aún sin inaugurar, sufrieron daños irreparables.
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A 47 años del terremoto de Caucete del 23 de noviembre del 77: 65 fallecidos y 300 heridos, el saldo humano del terremoto
En las horas posteriores al terremoto principal, se registraron 142 réplicas de distinta intensidad, extendiendo la sensación de inseguridad en toda la región.
Este terremoto demostró que los avances edilicios pueden salvar vidas, pero también dejó en evidencia la vulnerabilidad de las zonas rurales y la necesidad de una infraestructura más resistente en todo San Juan.
