En medio de un creciente escándalo mediático y judicial,Alberto Fernández rompió el silencio frente a las acusaciones de violencia de género
En medio de un creciente escándalo mediático y judicial, el ex presidente Alberto Fernández rompió el silencio frente a las acusaciones de violencia de género formuladas por su ex pareja, Fabiola Yáñez. En una entrevista con el periodista Horacio Verbitsky, Fernández negó categóricamente haber agredido básicamente a Yáñez y alegó que las marcas visibles en el rostro de la ex primera dama se deben a un tratamiento estético, y no a un golpe, como ella.
Durante la conversación, Fernández sostuvo que las imágenes que muestran a Yáñez con un ojo morado son consecuencia de una reacción adversa a un procedimiento para atenuar arrugas, y no de una agresión. El ex mandatario defendió su postura argumentando que, si hubiera sido violento, su ex pareja no se habría sometido a un tratamiento de fertilidad con él, y cuestionó la falta de testimonios que corroboren las acusaciones.
En el marco de este conflicto, Dora Barrancos, socióloga y referente feminista cercana a Fernández, habría defendido públicamente al ex presidente, asegurando que nunca hubo agresión física contra Yáñez. Barrancos, en un comentario privado que luego se hizo público, describió la situación de Yáñez como «compleja» y sugirió que su comportamiento podría estar influenciado por problemas psicológicos y una supuesta adicc.
Mientras tanto, la causa judicial sigue su curso bajo la supervisión del fiscal Carlos Rívolo y el juez Julián Ercolini, quienes investigan si las lesiones de Yáñez fueron causadas por Fernández. Este último, por su parte, ha solicitado que el caso sea trasladado al juzgado federal de San Isidro, alegando un posible sesgo político en el proceso judicial actual. La investigación determinará si hubo un delito de violencia de género, lo que podría acarrear una pena máxima de dos años de prisión para el ex presidente en caso de ser encontrado culpable
Fernández explicó a Verbitsky que tiene chats con la madre de Yáñez:
—Si soy un golpeador, ¿por qué se sometió a un tratamiento de fertilidad para que tuviéramos un hijo?
—¿Por qué no hay un solo testimonio de alguien a quien ella le hubiera contado del alegado maltrato?
—Viví 17 años con Marcela Luchetti (la madre de su hijo Tani) y 10 con Vilma Ibarra, y no hay un solo episodio de que yo las haya agredido.