
En un gesto cargado de simbolismo, trabajadores del Vaticano instalaron este viernes la chimenea que, desde la Capilla Sixtina, anunciará al mundo la elección del nuevo Papa. El dispositivo, que emite la tradicional fumata blanca o negra, será clave a partir del miércoles 7 de mayo, cuando 133 cardenales se encierren en cónclave para elegir al sucesor de Jorge Bergoglio, el Papa Francisco.
Cinco bomberos de la Santa Sede fueron los encargados de colocar el humero en el tejado del imponente edificio renacentista. Mientras los turistas recorrían la plaza de San Pedro sin reparar en la operación, algunos visitantes más atentos captaron el momento y compartieron imágenes en redes sociales, anticipando el clima de expectativa que se respira en Roma.
Según el prestigioso vaticanista Marco Politi, se avecina “el cónclave más dramático de los últimos cincuenta años”. En una entrevista reciente, el periodista explicó que la Iglesia Católica atraviesa una de sus etapas más tensas y divididas, lo que hace prever una elección compleja y sin un rumbo claro. “La Iglesia está profundamente dividida. No habrá un Francisco II, pero tampoco un papa reaccionario”, aseguró.
Francisco, según Politi, ha sido un pontífice innovador, aunque contradictorio. Sus reformas abrieron el debate sobre temas como la sexualidad, los derechos de los divorciados y la inclusión LGBT. También impulsó una mayor participación de las mujeres y los laicos, incluso otorgándoles por primera vez el derecho a votar en un sínodo mundial. Estas decisiones, sin embargo, generaron resistencia en los sectores más conservadores del clero.
“Eliminó la obsesión de la Iglesia por el sexo”, expresó Politi. “Ya no se debate sobre relaciones prematrimoniales o anticonceptivos. Incluso se ha bendecido a parejas del mismo sexo”. En términos de género, Francisco permitió el debate sobre el diaconado femenino y nombró mujeres en puestos relevantes dentro del Vaticano.
A pesar de estos avances, Politi considera improbable que el próximo pontífice continúe directamente con esta línea. “Francisco tomó muchas decisiones que fueron insoportables para los conservadores. No creo que alguien con ese mismo ímpetu pueda emerger ahora”, reflexionó.
La Iglesia, subraya el periodista, se enfrenta a una fractura interna de gran profundidad. Como símbolo de esa división, recordó un texto escrito por el propio Francisco antes de morir para el Vía Crucis del Viernes Santo: “Señor, la túnica de la Iglesia está desgarrada. Los discípulos están divididos. Danos la paz y la unidad”.
Así, mientras se alista el sistema que anunciará la elección papal al mundo, se abre una incógnita crucial para el futuro del catolicismo: ¿Quién logrará unir a una Iglesia rota?